Esa "cosa" es lo que hace cantar al tomeguín del pinar

miércoles, 16 de diciembre de 2009

A 50 años de Kind of Blue


Elsie Carbó

Somos demasiado propensos a una innecesaria melancolía pero si estamos en compañía de Miles Davis todo puede ser intimista, tímido y cerebral, porque el genial músico viaja con nosotros todavía, nos viene acompañando, y, paradójicamente, lo que para muchos es un desorden de sonidos, ha recibido ahora el mayor premio que se le de a un trompetista con sordina de acero: la Cámara de Representantes en votó por honrar la contribución del famoso álbum Kind of Blue que hace 50 años grabara el músico de Nueva Orleáns.

A pesar de la ilusión de globalidad no estamos seguros de nada cuando vemos cómo el jazz avanza solapado con la cronología del siglo, como si el monstruoso desorden de este siglo no estuviera ligado a esas notas musicales, al igual que cuando se hizo la famosa grabación de este álbum en el que estaban además de Davis otros grandes del saxo, John Coltrane y Julian "Cannonball" Adderley, los pianistas Bill Evans y Wynton Kelly, el bajista Paul Chambers y el baterista Jimmy Cobb, todavía vivito y coleando.

El representante John Conyers, un demócrata de Michigan que patrocinó la medida para la mención, dijo que el grupo "hizo historia musical y cambió el paisaje artístico de los Estados Unidos y de algún modo del mundo". La resolución que reconoce el 50 aniversario del disco fue aprobada el martes (15 de diciembre 2009).

Con Miles Davis pasa lo mismo que con Scott Joplin, Louis Armstrong, Duke Ellington, Charlie Parker, Benny Goodman, Billie Holiday, Ella Fitzgerald, Thelonius Monk, John Coltrane, Chet Baker, Cecil Taylor, Christian Scott y otros tantos. Todos son reyes verdaderos, aunque no haya una estirpe jerárquica o cronológica que los distinga por encima del otro, cada uno en lo suyo reinando a su manera, tampoco encontraremos una melodía central, el jazz puede clasificarse como cada cual lo sienta, o muy hot, o más colt, pero siempre será ese jazz para crecer en lo íntimo. De hecho, no hay melodía igual -en el sentido que vemos la melodía los culturosos occidentales- el jazz se hace y se deshace a cada momento, vuelve a nacer a cada instante.

Cuando Columbia Records lanzó el álbum Kind of Blue en agosto de 1959 el impacto del disco original traspasó a otros géneros, en apenas 37 minutos de duración el mundo volteó hacia sus protagonistas como diciendo “¿Y esto que me están mostrando qué es?”, Y hubo otros locos como los rockeros Allman Brothers y Carlos Santana y luego compositores minimalistas como Steve Reich y Philip Glass, que se dedicaron a seguirlos y luego la lista se ha convertido en interminable hasta nuestros días.

El mundo del jazz nunca fue igual después de la muerte de Miles Davis en 1991. Su música tal vez siempre haya sido un universo de cazadores solitarios en la búsqueda inacabable de estilos personales, fue genial, inconfundible, disponga usted de un par de audífonos y escuche este álbum que por suerte ha sido premiado ahora por el Congreso de su país.

Yo lo hago cada vez que se me asoman esos demonios del desencanto y la tristeza, King of Blue es un buen remedio para sacar el cansancio.