Esa "cosa" es lo que hace cantar al tomeguín del pinar

martes, 18 de febrero de 2014

Un caso de Conducta





Me fui a ver la película cubana Conducta y participé, sin quererlo, de una tarde surrealista en el cine de mi barrio.

El City Hall está ubicado en la calle Ayestarán y aunque nunca fue uno de los cines emblemáticos de los circuitos capitalinos, era un confortable y actualizado local doméstico al cual iban aquellos cinéfilos de la zona, quienes cazaban  puntuales cada estreno sin tanta matazón ni coger guagua. Seguro que eso fue lo que pensaron también Marta Rosa y Estrella, dos ancianas con sendos bastones, que viven a dos cuadras y que sufrieron conmigo y el doctor Elier la triste realidad que padecemos, que bien podría ser también parte de la película.

En la guía de la televisión está anunciada la puesta pero en ningún momento hace referencia a las condiciones de abandono y desidia del City Hall. Ese domingo nos encontramos con que la proyección no se está haciendo en la pantalla grande como le corresponde a todo local cinematográfico que yo sepa, sino en un televisor Panda que está ubicado en una salita en la parte superior del inmueble a la que se llega por escaleras y recovecos oscuros y misteriosos que por momentos me recordaron cirtas obras de Stephen Kin.

Titubeamos un poco ante el primer peldaño, más el deseo de ver una cinta cubana de estreno de la cual ya se habla hasta en las polémicas de la pelota, nos hizo tomar de la mano a Marta Rosa y Estrella y llegar a la cima de aquel andamiaje, más parecido a un inmueble en vías de derrumbe o rescate que a un sitio para el regocijo y la distracción, además, ya el compañerito que hacía las veces de taquillero y acomodador y daba las explicaciones pertinentes de lo caro que resultaba un proyector, nos había dicho que no habría devolución de la plata porque ya estaba contabilizada en caja. (¿?)

Al fin y al cabo vimos la película, éramos solo cuatro personas que reflexionamos, lloramos y aplaudimos. Yo juré en silencio no volver nunca más al City Hall, pero al final les hago el cuento para que busquen otro cine y la Conducta no se la pierdan.