Esa "cosa" es lo que hace cantar al tomeguín del pinar

martes, 18 de diciembre de 2018

Carta a Miguel Díaz-Canel

Es de los que a diario mueren en las calles, fue publicado hoy día 18 en Facebook


Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba

Compañero, soy Elsie Carbó, periodista y jubilada. El asunto por el cual me dirijo a usted, es porque quiero referirme a la necesidad que tenemos los amantes de los animales en el país de que se legisle un decreto o ley que los proteja a ellos del maltrato, el abandono y el abuso que se ha desatado en nuestro entorno, la desidia, como dirían algunos, así como de otros atroces episodios de zoofilia, sadismo, tortura y muerte, de los cuales hay conocimientos irrefutables que han causado dolor y rechazo entre la sociedad cubana sensible ante estos hechos. Esa es la razón por la cual me dirijo a usted con todo respeto y con la esperanza de que usted pudiera desmontar este desorden de cosas y hacer la diferencia.
Hace alrededor de un mes que en las redes sociales y diversas plataformas digitales se publicaba un brutal caso de zoosadismo en el que incurrió  un ciudadano conocido como Rubén Marrero Pernas, de 29 años de edad y vecino del reparto Monterrey, en San Miguel del Padrón, uno más de los que a diario ocurren en el país, pero este tuvo gran repercusión y hasta  provocó el despido del sujeto como trabajador del Polo Científico de Neuro Ciencia donde laboraba, y su inmediata detención por las autoridades competentes, sin embargo, ante el silencio que se ha mantenido hasta el momento acerca de su situación actual, y los  constantes rumores que recorren las calles afirmando que aún se mantiene impune, la comunidad cubana amante de los animales se siente consternada e impotente sobre todo cuando se pregunta irritada qué sanción se le aplicará a este individuo para que pague por el sufrimiento ocasionado?.
En este lamentable caso hay evidencias suficientes presentadas por el grupo de CEDA (Cubanos en Defensa de los Animales), me refiero a videos, fotos, descripciones… etc., que él mismo filmaba y posteaba sobre sus relaciones sexuales con perros, a los que mutilaba, torturaba y mataba para su ostentación en las redes internacionales de pornografía, zoofilia u otras tarimas de internet afines a tan macabros contenidos, donde no hay que ser muy perspicaz para saber que, además, de no actuar solo, la imagen de Cuba ha sido dañada ostensiblemente en el exterior con esas aberraciones, a las que prefiero llamarlas terrorismo emocional.
Hay muchos  casos ocurridos aquí en La Habana y otros en provincia que han sido divulgados sobre hechos vandálicos cometidos por individuos que actúan en las sombras y representan un peligro para la sociedad y que no voy a enumerar ahora, mi petición, que es también la opinión de casi todas las personas que integramos estos grupos que luchan contra el maltrato y el abuso a los animales  en Cuba, es que usted, presidente, ayude a promover una ley de protección, y condene públicamente estas manifestaciones de incultura y barbarie que no tiene nada que ver con la sociedad sin violencia que pretendemos y por la que hemos luchado muy fuerte desde sus orígenes, al menos yo me considero entre esas personas que toma partido desde dentro, por eso tengo el derecho a recabar el apoyo de mi presidente.
Conozco que el país se enfrenta a situaciones difíciles en el orden económico pero este es un caso en el cual el Estado no tiene que invertir ni presupuestos, ni materiales, ni dineros, porque no pedimos ni inmuebles, ni medicamentos, ni alimentos, ni viajes, ni reconocimientos, ni medallas, por el contrario, pienso que mediante el concepto de multas monetarias aplicadas a los infractores se podría sacar ventajas económicas para incrementar los proyectos sociales, como ocurre con las multas impuestas a quienes dañen la propiedad social, el césped o sencillamente causen desorden público. De esto se trata, de poder contar con un decreto, una ley o sencillamente una palabra suya, tal vez en las redes sociales, que cambie la invisibilidad que en estos momentos tenemos ante las violaciones, los maltratos y los abusos con los animales, que en definitiva, se sabe, son conductas sicópatas como las del ejemplo presentado, que representan un peligro dable para nuestras comunidades más influenciables e indefensas, como son nuestros niños.
Nadie puede andar en la cuadra o el barrio en que vivimos destruyendo o asesinando a los más débiles sin castigo, me refiero igual a los perros, los gatos, los caballos, los gallos… y otros animales que también nos acompañan desde tiempos inmemoriales, esa es la razón por la que exigimos que la ley del hombre castigue con mano dura esos delitos. De eso se trata también, de socorrer a la naturaleza para mantener a flote este mundo.
Gracias

Elsie Carbó
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