Esa "cosa" es lo que hace cantar al tomeguín del pinar

martes, 28 de octubre de 2008

A freír los güevos...


La disyuntiva es: saber o no saber, condenar o hacerse el sueco. Continuar con la vida y no buscarse problemas eludiendo el neorealismo. La verdad es que cuando se escuchan presupuestos tan encomiables una puede pensar que se anda por un camino equivocado. No tiene caso ¿verdad? Hay que ser listos, lo que no tiene remedio y no nos atañe, ignorarlo es lo mejor, hay que vivir de espaldas a esas miserias de la vida para no estresarse.


Al hambre, a los abusos, a los asesinatos, al narcotráfico o al terrorismo hay que ignorarlos, si no me entero no ocurren, es mejor así. Si no le prestas importancia es como si no existieran y toda esa chorrera informativa que a diario salen en los periódicos no te pudiera alterar.


Mira tú, ocuparse en estos momentos de si a una mujer en Somalia la mataron después de lapidarla en una plaza pública, o que si a otra, menor de edad para más detalles, la vendieron como esclava en Níger por 500 dólares.


Incólumes personajes, ataviados de una verborrea quisquillosa planean borrar de la faz de la tierra todo vestigio de amor, altruismo, ideas de cambio, en fin, detalles superfluos, sin la menor importancia, eso atenta contra la misma moral. Puedo agregar más confusión a esta lista de camerino pero no quiero hacerla pedante.


Ellos, los impostados veladores del orden ajeno qué otra cosa pueden hacer como no sea criticar o hacerse los chivos locos ante las verdades del mundo? Han envejecido cerebralmente, cada neurona de sus cabezas chorrea angustia y bilis, es una ceguera tartamuda e inmigrante que solo quiere reconocer una parte del segmento, la más apetitosa, la del dinero, y cómo soñarlo, porque la mayoría escampa bajo un palio a que pasen los aguaceros, que hablando en plata quiere decir, para la historia están más fritos que un güevo.

sábado, 25 de octubre de 2008

Evita a la Palin


Años atrás me preguntaba cómo pudo hacer Evita Perón para mantener aquel efecto de fascinación que logró durante décadas sobre los argentinos y que nunca más ninguna otra mujer a alcanzado ni dentro ni fuera del continente. Tal vez después leyendo un bets seller sobre su vida supe que entre sus armas de seducción estaban el glamour y el encandilamiento de joyas y hebras de plata que puerilmente lucía sobre sus hombros cuando se asomaba al balcón del Palacio de Gobierno, mientras una multitud bajo sus pies la aclamaba.

Ni que decir, era algo único, aquel mito solamente ella podría explicarlo, porque ¿qué podrían decir los miles y miles de adoradores y adoradoras de aquella clase descamisada y prohibitiva que no tenía más opción que esperar sus enardecidas dádivas?


Era idolatrada por mujeres que nunca entrarían a una tienda de modas pero también era odiada por otras, no tan desoladas y pobres, como Libertad Lamarque, quién también rivalizaba en exhibiciones de pieles y diamantes, amén de algún otro corazón. Pero sigo viajando en el ciber y me llega un extraño perfume derivado de otra mujer, también con aires de conquista que se disputa como ella lo hizo en su momento, el liderazgo de las damas de un país.

La gobernadora de Alaska, nombrada vicepresidenta recientemente ha invertido en su nuevo look unos 150 000 dólares para fascinar en esta campaña, según informes del Comité Nacional Republicano.

Como para no quedar de menos, el guardarropa de Sarah Palin, desde que fue elegida hace dos meses como compañera de fórmula de John McCain ha dejado en segundo lugar al de la Evita argentina, y nada más en las últimas dos semanas que decidió aparecer en público con otro tipo de atuendo ha invertido lo que ninguna otra mujer común y corriente ni por asomo se gaste en toda su vida.

Pero una cosa piensa el borracho y otra la mujer norteamericana, de acuerdo a los cables, esos gastos nunca han contado con la aprobación del electorado, ni femenino ni masculino, y es muy probable que, en medio del actual clima económico, los votantes los vean aún con peores ojos, si nos atenemos a los sondeos de opinión.

Porque en estos momentos en que la crisis financiera se apodera de las mentes y los presupuestos de las familias en los Estados Unidos son muy pocas las que entran a las grandes tiendas para gastar sumas tan cuantiosas en blusas, zapatos finos y chaquetas de colección.

Pero la cosa es que ella no piensa así y, según se dice, entró sin reparo a los ostentosos almacenes Neiman Marcus en Minneapolis y gastó unos75.000 dólares en atuendos, sin contar los 41.850 que adquirió en otras pacotillas en la ciudad de St. Louis, y unos 4.100 que pagó en asesoramiento de maquillaje y peluquería.¡Válgame! Creo que si después de esto no tienes un verdadero glamour sobre las pasarelas electorales, que venga dios y lo examine.


Ni más ni menos, y yo me pregunto ¿qué dirán las mujeres de ese país? Las nacidas o las que llegaron, las de la clase alta y la media, porque el resto ya se sabe, apenas pueden cubrir sus gastos de hospitales o educación.

A la hora de elegir ¿Qué escogerías? Pienso que ya ni aquellos descamisados de Argentina son tan descamisados de mente ahora, lo que quiere decir, sin lugar a dudas que alguien con tres cuartas de sentido común ni puede aplaudir las gemas de Evita ni mucho menos a esta nueva seductora de ocasión.

sábado, 18 de octubre de 2008

Magia y religión en el Caribe


Elsie Carbó

Tal como se nos presenta en las Antillas, lo mágico religioso parece ser un fenómeno del cual mientras más quieres saber, más te encuentras en el mismo punto de partida. Porque en ese sentido, uno puede cruzarse con lo mágico sin verlo, y entender que lo religioso sólo asume esencialmente las prácticas para una función determinada de la vida, cuando en realidad, aquí, como en otras partes del Caribe, el secreto está más en el interior de uno mismo, que en los desconocidos misterios del imaginario cuerpo de creencias de una cultura.

Porque lo mágico atravesó el Atlántico para fusionarse en esta parte del planeta con esa otra visión que la historia reconoce a veces con lentitud, creando para siempre una verdadera poética de la vida. Eso que no encarnó en otros países como cultos sincréticos por no tener determinados regímenes de plantaciones, pero que produjo en los lugares adonde llegó, el encuentro de los dioses africanos y las divinidades católicas, dando lugar a otra dimensión del pensamiento, aún si se llama el candomblé de Brasil, el vodú de Haití o la santería en Cuba.

Al proponerme iniciar desde esta perpectiva una panorámica que abarque la apretada urdimbre de creencias, mitos, ceremonias y ritos adivinatorios en la Regla de Ocha, el Palo Monte o el Ñañiguismo en Cuba, sólo pretendo aproximarme en cierta medida a diferentes estados de conciencia, inherentes en primer término al archipiélago cubano, pero comunes esencialmente a las zonas donde desembarcaron las migraciones de esclavos, y esto se hará atendiendo sobretodo a intereses honrados y espiritualmente creadores, comprometidos de manera orgánica en lo más natural y puro de la tradición, sin hacer concepciones a la charlatanería, la mentira o el abuso en la manipulación de sentimientos y anhelos, que finalmente al obrar en direcciones utópicas apuntan siempre al comercialismo.

En esa dimensión de lo mágico todo habla y dice de una realidad prestada donde el hombre ve en las plantas, los animales, el monte y las montañas, un símbolo de lo sagrado y lo permanente, en tanto espera de ellos una respuesta divina a su necesidad terrenal. Como diría Aimé Césaire en 1939: ¨ Deseo reconocer que desde siempre fuimos brujos bastante concienzudos¨.

Muchos han sido los perseguidores foráneos, por llamarlos de algún modo, que atraídos por esta realidad mágica o por las campanas del dinero, se han erigido en investigadores de nuestras costumbres, produciendo profusos materiales, ya sea libros, filmes o artículos para determinadas revistas, etc., exponiendo puntos de vista equívocos, o creyéndose descubridores de algo que sólo puede ser descubierto cuando se tiene un hondo respeto por todo lo que de dolor representó la migración obligatoria por estos mares.

Y si es cierto que entre los aportes fundamentales del negro africano y sus descendientes a la cultura del Caribe se encuentran los sistemas mágico religiosos llamados santería, regla de palo, vodú, altares de Caridad o candomblé, también es cierto que sólo se podrán entender si uno se acerca a ellos sin comprometimientos fanáticos o en pos del lucro personal, porque en la medida que lo divulgado sea tergiversado o no, así será la concepción que se tenga de ese mundo, del hombre en sí mismo, de sus relaciones con los otros hombres y con las causas de la vida y la muerte.

Quinientos años es un término largo para hablar de un hechizo, nombrar a un brujo o filmar un altar, muchos de los que lo han hecho se han marchado del país sin entender que la negativa respuesta del dueño de una ganga o una casa templo, ante la solicitud de hablar sobre sus secretos, no es otra cosa que aquella rebelde actitud contra su noción de esclavitud de antaño, y por la reafirmación personal de su propia identidad.

Quizás para los que nacimos en este lado del Caribe nos resulte desagradable vernos sometidos a la constante bisepción que hacen algunos escritores acerca de esta partícula de nuestra cultura, sobre todo después que el gobierno cubano se pronunció en contra de las prohibiciones y persecuciones que existieron desde los comienzos del siglo contra las prácticas religiosas de origen africano.

Hoy parece que el eco de un canto popular creole nos acompañará para siempre como una provocación desafiante ¨!Ou dan an pei toutt bagaïe sé magi!¨ Ustedes están en un país donde todo es magia. O como una predicción remota que se manifiesta en todo lo que nos rodea como una voluntad de dar y ofrecer lo que se oculta bajo la faz de sociedades jerarquizadas como occidentales y cristiana.

Sólo la realidad obrará como un pintor con su paleta, en homenaje a aquel lucumí abatido que sólo trajo en el galeón negrero los pensamientos de su vida perdida. Hablar de medias finas, o trajes de seda es un insulto a la negra esclava que nunca pudo lucir esos lujos en el trapiche del cañaveral.
Quien busque respuestas precisas para saciar curiosidades lacustres se enfrentará al testimonio de Masanta, una santera que murió en Matanzas sin hacerse el ritual consagrado al santo, porque en su condición de descendiente de esclavos, sabía que para consagrarse a una deidad del monte no era menester pagar con dinero lo que podría profesarse sólo en fé. O encontrará la inspiración del Barón Samedi sobrevolando en un cuento de Carlos Enriquez.

Sólo a una altura de pensamiento abstracto podremos comprender estos sistemas mágico religiosos, susceptibles de ser resumidos en la categoría de sobrenaturaleza, sin suscribirse a ella, sino trascendiéndola como ontología, como historia y como poesía. Más que una dimensión fantástica, esos dominios de la conciencia dibujan los contornos más íntimos del hombre caribeño, de su sentido del tiempo, de sus aspiraciones y de sus sueños, como un todo magnífico de su presencia sobre la tierra.

viernes, 17 de octubre de 2008

Un gato melancólico y menos tuerto

Soy de las que no conoció la Zorra y el Cuervo o el Gato Tuerto en sus mejores tiempos, como se dice en la calle, de cuando el gato era gato y la zorra zorreaba en la Rampa, y nada, la razón es que no soy habanera, algo que sin duda tiene mucho que ver con la forma de caminar o la de elegir una ensalada, pero desde que llegué por los setenta a la capital me añadí al tren de los amaneceres noctambulantes, con amigos y amigas apasionados al jazz o al feeling, entre los que descargaban una pila, entre ellos Ela Calvo, una mujer imperecedera a quien he vuelto a ver anoche en toda la grandeza de su poder exquisito.

La misma voz de timbres graves, su colosal sentimiento y esa mística comunicación que sobrevuela entre el público que va más allá de los aplausos o los compromisos. La gloria eres tú, Te vi llorar, Contigo en la distancia u otras conocidas de su repertorio memorable estuvieron allí. Y lo que me vino a la mente cuando bajaron las luces y ella se hizo dueña del pequeño escenario fue pensar que siendo yo todavía una adolescente ya Ela era una estrella, hoy ya yo estoy casi a punto de anotarme en el club de los 120 años y para la dama del sentimiento nada ha cambiado ni en su voz, ni en su imperio escénico.

Ya no suelo visitar con frecuencia estos sitios nocturnos, salvo cuando los amigos o amigas de aquellos y estos tiempos vienen a Cuba a ver a sus familiares, es entonces cuando saco los vestidos, aquellos brillos y las banalidades que de otra manera se enternecerían en el closet. Mis viejas amistades siempre regresan a tomar algo prestado de las nostalgias pasadas, como ahora que Marisela vino desde España, o Sonia desde Bélgica, para lagrimear entre copa y copa con un buen boleron cubano y rociar con nuevas angustias al viejo Gato.

Porque ningún proyecto es perfecto y aunque cada cual tiene una vida consumada siempre hay roturas en el corazón de las que no escaparemos nunca. Las escucho y pienso que son las dos de la mañana y afuera La Habana celebra carnavales. La Piragua, el Malecón, Paseos, lechón asado y comparsas. ¿Se habrán imaginado qué sucedería si a todos los cubanos les gustara el feeling como les gustan los carnavales?

Creo que a este gato habría que pasarle la mano hasta el rabo sobretodo si levantaran las restricciones de los viajes y llegaran avalanchas de turistas deseosos de conocer y de gastar su dinero en La Habana. Lo digo por detalles como el agua que no circula bajo la fuente del legendario puentecillo de madera de la entrada, y en su lugar hay un hedor desagradable a espumosa cerveza ya digerida y embalsamada.

Pero con el espectáculo está todo bien, eso sí, y con el resto de quienes lo acompañan, el lujo de escuchar a el Guajiro en la batería, a Caramelo en el piano y a William en el bajo es inigualable, también a Magda la mulata, y hasta a la neogeneración de David Torrens quien llegó con su estilo graund a interpretar a un Bola inolvidable, para terminar haciendo el dúo de la noche con la Sonia emigrada. Yo se que elucubrar libando alcoholes tropicales no toca claxon, por lo que dejó entonces algunos próximos sueños a la buenaventura del aire para seguir remediándonos a través de las melodías de Ela Calvo.

Las sacerdotisas de Ifá en la religión Yoruba

...Él fue avisado que las puertas de la casa de Orúnmila están abiertas para sus hijos e hijas y ninguno esta impedido de cruzar el umbral... (Proverbio de un poema del Odú de Ifá, Otura-Iroso)


Transgresoras, profanadoras o vanguardistas. Desde el 2000, al menos, hay mujeres Iyaonifá en Cuba. Un tema que a puesto en pie de guerra al Templo Ifá Iranlówo, de Los Sitios, y la Sociedad Cultural Yoruba, de La Habana Vieja. La noticia circula de boca en boca en las calles habaneras y en las Casas de Santo. ¿Tendrán los babalawos que buscarse otro trabajo? Algunos prefieren pagar en dólares.

Por Elsie Carbó

Nidia Aguila de León es una mujer cubana que ha sido consagrada como sacerdotisa de Ifá en la religión Yoruba, o sea, Iyaonifá, que es como homologarlas al mismo rango de aquellos hombres que han recibido la investidura de babalawos o sacerdotes de Ifá, un hecho que ha puesto sobre el tapete la remota polémica sobre si las mujeres pueden o no aspirar a esta condición, sin ser repudiadas y hasta señaladas como profanadoras de los mandamientos de esa religión.

Pero ¿quién puede ser esta mujer que supuestamente ha roto un dogma fundamental de la Regla cubana de Ocha Ifá, sin importarle el correspondiente castigo físico y espiritual que advierte el Consejo de Sacerdotes Mayores de Ifá?, ¿Por qué llegó hasta esta consagración y cómo se desenvuelve en su entorno familiar, social y devoto?. Eso es, en definitiva, por humano y legítimo, lo más importante dentro del conflicto.

Quizás Nidia Aguila de León nunca imaginó la repercusión que su audacia suscitaría en muchas juntas de babalawos, y en líderes religiosos que no solo se circunscriben a Cuba, según dan fe ciertos documentos, tal y como le ocurriría en el pasado, a una Flora Tristán y otras tantas mujeres, que a lo largo de estos siglos se han erigido en luchadoras por la igualdad de la mujer, pero eso no importa tanto, lo fundamental es que Nidia está convencida de que con su acto no ofende a nadie, y continuará fiel a aquellas remotas tradiciones que los seguidores de los lukumises trajeron a esta parte del mundo, a pesar de los inconvenientes y reprobaciones que encarará por ser transgresora en su época.

Sin intención de hablar de las razones que puedan tener las partes en pugna en sus alegatos y demandas, por ser algunas de orden religioso, solo pretendo mostrarlas en su esencia para que el lector tenga referencia del tema que ya ha tomado las calles con algazara de noticia, porque Nidia ha protagonizado un hecho audaz y vanguardista, ante la mirada de los que han visto durante siglos, oficiar como líder solo al hombre.

Ella sabe que está en el centro de un conflicto que ha puesto en pie de guerra a dos ramas de la santería cubana, la Sociedad Cultural Yoruba, en La Habana Vieja y el Templo Ifá Iranlówo, de Los Sitios, adonde pertenece, pero piensa que su espíritu no flaqueará ante lo que le depare el futuro, porque confía en que ambas entidades tienen el derecho a discrepar, a decir lo que piensan y a llegar, por medio de análisis y reflexiones, al camino más sensato en la búsqueda de lo justo y lo más honrado para la religión que profesa desde hace 24 años.
LOS SITIOS
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Nidia vive en la ciudad que Alejo Carpentier llamó de las columnas, pero que también puede ser denominada de las celosías, los portales, el saludo, el desgaste y la reparación, la familiaridad, la tristeza y la sombra, el olor de los solares... En ella están casi todos los grandes monumentos y los vendedores de fritas, los comercios, los conventos y las iglesias, los parques, las sombrillas, las arcadas, esa irrefragable vida humana.
Caminar por Los Sitios es andar por calles estrechas y desembocar en amplias plazas de arquitectura colonial e histórica, que alberga a más de un millar de edificios que se remontan al siglo XVI, pero para llegar al hogar de Nidia hay que olvidarse un poco de estas imágenes de la literatura y adentrarse en un antiguo inmueble, remontar escalones y recovecos hasta dar con la pequeña estancia interior, que muy poco concuerda con la visión romántica del escritor del siglo.

Mujer blanca, hermosa aún en su joven madurez, sin afeites ni lujos, no parece tener arrepentimientos o temores, a pesar de la carga emocional que implica tener a una parte de la comunidad creyente opinando que es una herejía su sacramento, y otra que lo considera como un acto consecuente y merecido.

Lo primero que me llamó la atención en Nidia fue su rostro sereno y paciente. El tono de su voz encuentra el punto exacto para hacerse escuchar, aunque en ella prima mucho más la timidez que alguna huella de protagonismo egocéntrico o provocador. Es de breves respuestas y ademanes finos, no interfiere cuando otros me cuentan acerca de las vicisitudes y gozos enfrentados en la crianza de sus cuatro hijos, sin embargo toma la iniciativa para recordar que a los 18 años comenzó a tener conocimientos sobre la santería, a pesar de que sus padres no profesaban ninguna religión.
_Fue por mi esposo que abracé la fe, él sí venía de una familia creyente. Afirma.
Nidia es habanera, de pura cepa, como se dice popularmente, por eso no me costó mucho esfuerzo encontrar en los alrededores a personas que la conocieran desde su juventud. Amigos y amigas, vecinos cercanos, creyentes y ateos, que ven en ella a una mujer con un gran sentido de la solidaridad, al no negarle un favor a nadie, y mucho menos cuando sabe que alguien está necesitado o enfermo. Nada, que lo resumen todo con esa frase de buena gente, con que diferenciamos en buen cubano a las personas que nos rodean.

Vive en ese mismo edificio de la barriada de Los Sitios desde que se casó hace 24 años con Víctor Betancourt, babalawo, y presidente del templo Ifá Iramlówo, en la misma zona.
_Hace trece años que me hice Yemayá. Dice Nidia, a quien la rodean dos de los cuatro hijos de su matrimonio, y ya de hecho estoy ante una pareja de babalawos que vive bajo un mismo techo, unida no solo por las cosas cotidianas del amor, sino también por el trabajo religioso, situación que implica una modificación del pensamiento, porque lo que se consideraba imposible hasta hace poco, hoy, se ha revelado como un irreversible acontecimiento, aduciendo que este paso sitúa a Víctor en una posición insólita, al trabajar con una Iyaonifá en su propia casa.

¿Estamos tal vez en presencia de una revolución religiosa en el conglomerado de los yorubas? Pregunto, y Víctor afirma que sí, que el hecho es trascendental e histórico, y me explica que con toda confianza delega en su esposa muchas funciones propias de su rango cuando él no puede estar presente. Y aclara además, que Nidia no es la única cubana que ha recibido esta consagración. Añade que también “este año una venezolana fue a Matanzas a hacer Iyaonifa”.

¿Entraña esta derivación de funciones algún inconveniente entre la masa de creyentes?
_Quizás ahí se localicen algunos de los problemas que enfrenta una sacerdotisa de Ifá a la hora de trabajar, según me explica el propio Víctor, quien ejerce desde hace más de 20 años en ese culto, pues no hay una costumbre en la población practicante de ser consultada por una mujer y esto, desde luego, conduce a un distanciamiento, que en muchos casos puede ser temporal, si una vez que sean atendidos por ella salen satisfechos. Afirma.

_Son prejuicios que no vienen en la mayoría de las veces de los hombres, sino de las propias mujeres, que no aceptan ser registradas por otra mujer, porque hay un recelo al no existir antecedentes, refiere Nidia, y relata anécdotas recientes de personas que han llegado hasta ella por curiosidad, y que luego, espontáneamente, han hecho una buena labor de divulgación de su trabajo ante el resto de la población practicante que la mira desconfiada.

Recuerdo que el Consejo de sacerdotes de Ifá de la Sociedad Cultural Yoruba consideró a propósito de la iniciación de Iyaonifá en Matanzas, que las mujeres no deben ser engañadas haciéndoles creer que las han iniciado en los secretos profundos de ifá, porque “el protagonismo en Ifá no está concedido a las mujeres”. Y fustigan a quienes violan estos mandamientos y lo mercantilizan.

Víctor me remite a una respuesta suya, posterior a ese artículo, donde expresa que existen muchos espacios vacíos dentro del sistema ritual en cuanto a conceptos y ceremonias, y postula, en otro párrafo, “que sus tendencias religiosas siguen las tradiciones de las regiones de Lagos, Ilé Ifé de Nigeria, y el sistema de trabajo de los descendientes de los lukumies del siglo pasado”. Agregando que en su templo “no han afectado ni económicamente, ni moralmente a nadie y mucho menos a los detractores, pues no ha existido ingerencia alguna en sus políticas religiosas”.

El factor económico siempre está presente en cada acto o ritual de la santería, aunque nunca se mencione, siendo para no pocos adeptos un incentivo apreciable el iniciarse en su membresía, por eso me es inevitable traerlo a colación ahora, bien porque es motivo de curiosidad en unos y objeto de señalamientos subversivos en otros, ¿Qué precio tiene que pagar una mujer por hacer Iyaonitsa?.
_Unos 7000 dólares pagó la venezolana que te mencioné que fue a Matanzas a recibir su consagración”. Afirma Víctor, pero eso está en dependencia también de otros factores, por ejemplo, hay personas que solo pueden ofrecer una merienda sencilla, porque no tienen más posibilidades, y todo se hace sin ningún problema, aunque sí hay que pagar las cosas que son obligatorias. Tampoco tiene que ser en dólares.

Se refiere a Alba Marina, quien en junio del 2004 vino a Cuba, específicamente al reparto Simpson, en Matanzas, para recibir la envestidura. De esta venezolana se ha divulgado que es la primera mujer consagrada en Ifá en América, sin embargo, hay otras publicaciones que dicen que la primera en el mundo fue una norteamericana en el 2003. A Nidia Aguila de León, solo la precede por unas horas María Cuesta Conde, cubana también y del mismo templo Ifá Iranlówo, pues la ceremonia de ambas se celebró el 19 de mayo del 2000.
Nidia cita el caso de esa norteamericana D´Haifa Yeye Araba Agbaye de Ifé, quien también suscitó en el 2003 enconadas discusiones procedentes de personalidades religiosas internacionales, quienes se pronunciaron por la toma de medidas disciplinarias contra la Iyaonifá, sin que hasta el momento se sepa que hayan llegado a ningún acuerdo definitivo. Ella, de hecho, es también una mujer de la vanguardia.


Recientemente la Asociación Española de Ifá, con sede en la ciudad de Valencia, preocupada tal vez por las batallas verbales e impresas entre Concilios, hizo un pronunciamiento en septiembre de 2004, donde expresa que “son respetuosos del derecho de cada país u organización a tratar a sus ciudadanos y/o miembros de la manera que estime pertinentes, siempre que ello no constituya una violación de los sagrados Derechos Humanos y de las personas en general, entre los cuales se encuentran la discriminación de género (o de sexos), en cuyo caso nos consideramos, (se refiere a la AESI) con el derecho a criticar tales hechos por tratarse de un asunto de interés universal”.


Pero ¿Cuál es el temor a que la mujer sea Iyaonifä? Nidia confía en que se puede luchar contra esas parcelas amuralladas y misteriosas donde se abroquelan clases, sectas o sociedades que esgrimen textos bíblicos, códigos secretos y sentencias orales milenarias, para impedir que la mujer logre una posición a la altura espiritual del hombre.

Ella comparte la opinión de Víctor de que existe un temor “a que haya un cambio socio religioso tradicional y se establezcan las normas docentes sobre un estudio metódico de Ifá, entonces la mayoría de los babalawos tendrían que buscarse su sustento en la agricultura, como sepultureros o cazadores de cocodrilos en la Ciénaga de Zapata”.

¿Se podría afirmar que la mujer es superior al hombre cuando funge como Iyaonifá? Estoy segura que Nidia podría hablar de su confianza en el triunfo sobre las aprensiones de los celosos guardines de dogmas y preceptos, que solo ven a la mujer como esposa, madre y ayudante en las actividades religiosas, y por supuesto, sobre los que duden de que ellas puedan cambiar el mundo, pero ante esa pregunta prefiere el silencio, no obstante, su esposo opina que a ellas les es dado el don de la espiritualidad.

Creo que mi última pregunta a lo mejor no hubiera tenido respuesta de haberla formulado, al menos por ahora, en que los ánimos están caldeados y no se cuela por la rendija ni una luz. Pero me queda la duda ¿Qué ocurriría si se les niega la entrada a las sacerdotisas en determinadas ceremonias y rituales que han sido a través del tiempo solamente prerrogativas del hombre, digamos por ejemplo, en la apertura del año, donde se saca la letra que regirá al mundo creyente durante los doce meses en curso?.

Cuatro años no es mucho tiempo para una mujer que ha sabido esperar. La diferencia radica en eso precisamente, en tener la sabiduría de hacerlo, algo que las mujeres hemos aprendido desde niñas como la tabla de sumar. Nidia sabe que aún como aquellas legendarias capitanas que encabezaron las luchas por los derechos y la igualdad de la mujer, a ella le esperan sorprendentes acontecimientos. Su cruzada contemporánea tal vez le exigirá grandes sacrificios en el futuro, pero puede sentirse satisfecha de que ya se hable con mayor flexibilidad sobre las mujeres sacerdotisas de Ifá en el mundo. Inexorablemente, nadie podrá detener el curso de la historia.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Ella tampoco hubiera querido ser un envase

Tengo en mente por estos días que tanto se discute el tema del aborto, aquellas imágenes de Leopoldina renegando siempre de su destino hostil. Tenía sobre sus hombros el peso de todo el trabajo de la casa y parte del campo, la crianza de sus hijos pequeños, escalonados del uno al siete y los malestares de una octava barriga, de la cual tampoco pudo librarse con remedios de cedro y raíces de magüey. Cuando la conocí regresaba de guataquear una punta de yuca en las laderas del bohío mientras el marido había bajado al pueblo para algunas diligencias.

La esperaba el traqueteo cotidiano, el baño de los muchachos, la batea debajo del tamarindo, el fogón de leña y la noche oscura en la cual cerraba los ojos para no ver pasar el tiempo. No había más para esta mujer de ojos azules que una vez soñó con una con una buena vida. Crió doce hijos de los cuales habla orgullosa, pero ¿cómo serían aquellos sueños? Esa es la pregunta a la que ella misma no sabría responderme.

_Yo no podía decirle que no a mi marido y éramos tan pobres y sin recursos. Los paría lo mismo debajo de una mata o en la mesa de la cocina, donde me agarrara el primer dolor, es que no había forma de evitarlos y él cortaba el ombligo de los vejigos con un machete viejo, así fue siempre, pero yo no podía negarle el derecho que tenía de acostarse conmigo, eso es ahora otra cosa para la juventud.



Leo un titular del 28 de septiembre, Día de la lucha por la legalización del aborto en América Latina y el Caribe que dice “No estamos ante casos episódicos y aislados: ¡basta de violencia hacia las mujeres! ¡Basta de negarnos la posibilidad de decidir sobre nuestro cuerpo! ¡Basta del infame discurso en defensa del embrión!, refiriéndose a casos de niñas violadas y embarazadas por sus propios padrastros, padres o familiares allegados que han desatado verdaderas tormentas judiciales al tener como contrapartida a la iglesia y a los grupos que le niegan a la mujer disponer de su propio cuerpo.



Se que el tema es peliagudo y que para muchos en el mundo la intervención quirúrgica es una práctica asesina, en el mejor de los casos, sin embargo, qué hacer cuando una joven, discapacitada y menor de edad es violada y embarazada? Ese es uno de los casos que se discute actualmente en Bahía Blanca, Mendoza. Y digo yo, ¿cómo se van a defender los derechos elementales de miles y miles de mujeres y niñas que en el mundo son abusadas sexualmente?




Para algunas, provenientes de altas clases sociales, y pienso en el discurso de Sarah Paulin la candidata a la vicepresidencia por los republicanos, quien está en contra del aborto y lo ha dicho muy claro, estas denuncias no deben ser un problema, pues a su alcance está la solvencia económica suficiente para mantener a cuantos hijos quiera, dándole educación, alimentos y todo lo que se requiere para una buena vida. ¿A cuántas mujeres ricas usted ha visto cundida de hijos? Uno o dos o tres a lo sumo, aunque tal vez más no reporta preocupación, para eso están las criadas, las institutrices y los colegios especiales, pero cuando no se pertenece a esa clase, y por el contrario solo la mujer tiene ante si el hambre y la miseria, otro gallo tiene que cantar.



En otra parte de la campaña leo: Nos negamos a que nos sigan concibiendo como envases. Creemos firmemente que la maternidad no es el destino inexorable de nuestras vidas, sino que debe ser siempre y en todos los casos una decisión libre. Por ello pensamos que hoy, más que nunca, es necesario y urgente luchar por el aborto libre y gratuito, como parte de la lucha contra la violencia hacia las mujeres en todas sus formas. Se trata de una lucha ineludible, por la vida, la dignidad y la libertad de todas y cada una.

Y recuerdo a aquella Leopoldina del Escambray, a la que toda esta información le llegó tan tarde en su vida que ahora, cuando se lo digo, solo me mira pensativa y se echa a llorar. Ella tampoco hubiera querido ser un envase.

¿LOS EPIGRAMAS DE CARDENAL IRAN A PRISION?

Te doy, Claudia, estos versos, porque tú eres su dueña.
Los he escrito sencillos para que tú los entiendas.
Son para ti solamente, pero si a ti no te interesan,
un día se divulgarán tal vez por toda Hispanoamérica
Y si al amor que los dictó, tú también lo desprecias,
otras soñarán con este amor que no fue para ellas.
Y tal vez verás, Claudia, que estos poemas,
(escritos para conquistarte a ti ) despiertan
en otras parejas enamoradas que los lean
los besos que en ti no despertó el poeta.

Cuídate, Claudia, cuando estés conmigo,
porque el gesto más leve cualquier palabra,
un suspirode Claudia, el menor descuido,
tal vez un día lo examinen eruditos,
y este baile de Claudia se recuerde por siglos.
Claudia, ya te lo aviso.


De estos cines, Claudia,
de estas fiestas,
de estas carreras de caballos,
no quedará nada para la posteridad
sino los versos de Ernesto Cardenal para Claudia
(si acaso)y el nombre de Claudia
que yo puse en esos versos
y los de mis rivales, si es que yo decido rescatarlosdel olvido,
y los incluyo también en mis versos
para ridiculizarlos.


Esta será mi venganza:
Que un día llegue a tus manos el libro de un poeta famoso
y leas estas líneas que el autor escribió para ti
y tú no lo sepas.

Me contaron que estabas enamorada de otro
y entonces me fue a mi cuarto
y escribí ese artículo contra el Gobierno
por el que estoy preso.

Con enorme estupor he leído que Ernesto Cardenal está siendo acusado en Nicaragua por injuria y no sé cuántas cosas más, y debido a esto los intelectuales han cerrado filas para denunciar esta barbaridad del gobierno contra el poeta.

¡Hábrase visto¡ Mi poeta preferido, el de los epigramas de mi adolescencia y más allá también, que yo los leí recostada a una montaña cuando alfabetizaba campesinos en el Escambray, y por ellos estaba dispuesta a hacer las mayores huelgas de hambre del mundo.

Condenado ahora y envuelto en babosadas judiciales como un común desdichado cuando habría que enaltecerlo por ser uno de los poetas latinoamericanos más importantes vivo. Y les digo más, a mi nieta le puse Claudia por estos poemas admirables, y ella, al igual que la de Ernesto, aún no lo sabe.

Por eso mi estupor de este momento, mi angustia al saberlo agredido, junto a él mi aliento y si de algo sirven estas líneas, que lleguen como una alfombra hasta sus pies.

Otra forma de mirar a los hombres de mi generación

Elsie Carbó

Los hombres de mi época, por más que algunas pretendan echarle,
a pesar de sus complicaciones, ¡que lindos son!.
Ellos sin proponérselo encarnan el símbolo de ese tiempo irrefragable
con el cual aún soñamos y que, a veces, nos saca del colapso sin revividor.

Con sus adorables barrigas cerveceras, sus elegantes calvas
y sus indoblegables estreñimientos son todavía aquellos flamantes maridosque un día quisimos tener, aunque hayamos perdido la cuenta de sus divorcios y desvaríosy hoy en día solo tengan ojos para las niñas de los PRE.

Pero son lindos, ¡qué caramba! para nuestros intactos recuerdos,
cuando se aparecen de madrugada a la puerta de la casa
con la desvergonzada sonrisa del melancólico Humprey Bogart
y esa cara de yo no fui que siempre nos hace invitarlos a entrar.

Y es que a los que amamos una vez de verdad no les permitimos envejecer,y son sus arrugas como un ignoto paisaje de Manuel Oliva
y su incipiente sordera una simpática manera de gritarles comebolas
cuando vamos sentadas a su diestra en el timón.

Los hombres de mi época son como inocentes niños,
a los que siempre perdonamos por esa intrínseca y maternal condición de mujer,sin importarnos mucho si nos dejaron por una más nueva,
o te la pasearon frente a tus narices como una carroza de carnaval.
Esos hombres maravillosos en su tercera adultez,
que una vez fueron escritores sensuales, atractivos rebeldes,
seductores agentes secretos, brillantes economistas, victoriosos dirigenteso subyugadores amantes de las FAR o el MININT todavía nos hacen suspirar.

Y es que poseen ese software de punta, añejo y perdurable,
capaz de activarnos el disco duro de nuestras inconfesables memorias,
cuando nos tararean al oído un bolero de Panchito Riset o nos cantan ruborosos Only you.

Ellos que gozaron como nadie aquella década maravillosa
de Globos Rojos y Nino Bravo, de Zafiros y Aznavour,
que coquetearon secretamente con Marilín Monroe, y Brigette Bardot,
que fumaron Luky Strake y bebieron Bacardí.
Ellos tampoco pueden olvidar.

Aunque los ataque el alzheimar y lo disponga el Partido,
porque somos de esa misma estirpe de imbéciles que, finalmente,
nos hemos pasado la vida entera buscando esa inefable nube rosada.
Con los ojos cerrados y sin saber que hay otra forma más sensata de mirar el sol.

Nadie espera su pasado, novela finalista en 2007, en el Premio Plaza Mayor, Puerto Rico

Por Elsie Carbó (Fragmento)

Nunca te imaginaste que terminarías tus gloriosos días convertido en un mendigo testarudo y vanidoso, que recorre cada madrugada las oscuras calles de La Habana Vieja arrastrando un miserable saco de yute, pesado y pestilente, sin más pertenencias que una enmohecida insignia prendida a tu vieja gorra y el inmemorial recuerdo de la mujer perdida, tu aldea africana y la guerrilla, porque aquella mañana en que escapaste del reparto San Agustín al frente de un ejército de ilusiones, terminabas para siempre con tu pasado terrenal para empezar a vivir la soledad de los vivos. Nunca más se supo de ti en ninguna parte, ni en el departamento de inmigración y extranjería, ni en las listas de viajeros que salen al mundo, ni en las morgues, ni en las cárceles. Para los seres que todavía te buscan eres un misterio sin resolver, y es que nadie podría sospechar que ese vagabundo que anda entre las desiertas cafeterías y los desmedrados bares nocturnos, echando en un bulto carmelita las aplastadas latas de cerveza, los envases plásticos y los restos de pizzas que dejan los borrachos sobre las mesas, pudiera ser aquel hombre valeroso que un día combatió gobiernos, comandó tropas, sufrió el exilio y recibió honores de héroe. Y tal vez es mejor así, las combinaciones del destino son irrefragables, sobretodo para los que sueñan con arreglar el mundo, y para aquellos que aún te buscan, es mejor que sigan pensando que ya estas muerto, así continuarás viviendo como un inmortal recuerdo en sus memorias, porque a veces, querido General, muy pocos están preparados para enfrentar la realidad de la vida.

Los weblog del corazón

¿Y bueno para qué sirve un blog? Entonces me digo, pudiera ser un modo para matar el tiempo y contarle secretos a los amigos, también sirve de válvula de escape para esos días que está lloviendo y no puedes salir, o una manera de lucirte inventando palabras, y por último, la única manera de divertirte publicando los engomes que de otra manera no saldrían a la luz.

Como todas las cosas en la vida, un blog se convierte en un órgano de una misma, como un riñón o un músculo vital al que hay que ejercitar para que no se entuma, hasta se convierte en una adicción venérea, pero menos malandrina que el cigarro o el ron, porque solo inviertes ideas, fantasías y algo de chispa, nada de devanarte los sesos pensando cómo escribo tal o más cuál asunto sin que ofendas a nadie y quedar bien con dios y con el diablo, ambos incluidos a la vez.

Hay a quien le da por escribir de las memorias como hace la bloguera más vieja del planeta que recuenta cosas del pasado, de sus días en la España de Franco y la mezcla con su convalecencia en un hospital, me encanta esa mujer que a sus 95 años no pierde el ingenio ni la frescura.

Yo siempre aliento a mis amigos y amigas a que se hagan su paginita personal, y ya los colegas Juana Amaya y Amado de la Rosa están encontrando el punto exacto para disfrutar el blog, también Soledad que desde el primer momento publica esos textos que tenía guardados en gavetas y que tanto me gustan por su forma de transgredir criterios. Es que un blog es un blog en tanto no se demuestre lo contrario, un aliciente para las tardes de agosto en que no puedes bañarte tantas veces como quisieras porque se te gasta el gel.

Y si les digo que también sirven para el espiritual homenaje a esas personas queridas que hemos admirado a través de los años y de pronto nos enteramos que han muerto, como ocurrió con Ricardo Sáez, el respetable jefe de redacción de Juventud Rebelde de aquella década del setenta cuando un grupo de jóvenes iniciábamos el curso de periodismo, o Angel Baldrich, fotógrafo definitivo de mis bodas, bautizos y cumpleaños, de quien guardo los retratos de cientos de reportajes que juntos publicamos en el diario bregar por estos 38 años en la profesión.

Hay más, no quepa duda, porque para morirse solo hace falta un detallito, que no voy a repetir aquí por cursi y vilipendiado pero que tiene la sabiduría del conocedor de las yerbas, y eso demuestra una sola cosa, trigonométrica y algorítmica, como palabra de poeta cuando dijo que ya no somos los mismos, aunque a las nuevas generaciones poco le interese porque ya no creen en suspiros, eso sí, querrán el campo libre para publicar sus kromelladas, tal y como hicimos nosotros antaño, por eso, bienvenidos los campechanos weblogs de los que tengo la certeza que algún día sublevarán el espacio virtual, quizás con soportes menos rígidos y esteriotipados, pero siempre con ese aliento humano que solamente sale del corazón.