Esa "cosa" es lo que hace cantar al tomeguín del pinar

lunes, 27 de mayo de 2019

Gallos, turismo, identidad y patrimonio?








Por Elsie Carbó
Con este título y con fecha 19 de mayo se publicó en el periódico Tribuna de La Habana una reseña sobre las actividades  de algunas cadenas hoteleras y las reparaciones que se acometerán para el turismo tanto nacional como internacional,  que se suman a las obras a reinaugurarse por el aniversario 500 de la ciudad.  Pero me voy a referir solo a las que se acometen en el Complejo Mi Hacienda Guanabito,  del Grupo Empresarial Palmares, que está recibiendo una reparación capital. Y cito: “… como el ranchón principal, con capacidad para aproximadamente 250 comensales, la cocina, los baños y la zona exterior, esta última conformada por varios ranchones, valla de gallos, piscina, espacios de sombra, guarapera y juguera.”
Si leyeron bien se habrán dado cuenta de que todo está destinado como se dice, al disfrute turístico, con peleas de gallos incluidas, entre otras propuestas  acordes con la  inauguración de este complejo recreativo cultural.
La nota está firmada por la periodista Nayade Rodríguez Socarrás de quien he visto muchos artículos interesantes y realmente me causó asombro al ver su firma amparando ahora algo tan  vergonzoso como son las crueldades contra seres indefensos, ya sean gallos, caballos, perros o de cualquier otra especie, expuestos al abuso público, cuando se sabe que en Cuba existen numerosos grupos de proteccionistas que luchan por leyes que castiguen y pongan en su lugar a los ciudadanos que atentan contra la vida animal en el planeta.
Pero mucho más me sorprendió que el director de un diario tan comprometido y del agrado del público capitalino, desconozca que ese tipo de evento quedó abolido en este país al triunfo de la Revolución por considerarse pernicioso y contrario a las políticas reformadoras del gusto popular y de las buenas conductas, tal y como se abolieron en su momento, los bayús, los casinos de juegos, los hipódromos, las carreras de galgos, y otras tantas memorias de ese pasado lastrado por años de ciertas costumbres deformadas, que aún persisten en algunos, y que por incultura o aprovechamiento quieren ahora llamarle tradicionales.
A quién se le ocurre equipar en medio de una playa como Guanabo una valla de gallos con fines turísticos? Es que ya hemos derogado las leyes que nuestro Comandante en Jefe apoyara para ir cambiando poco a poco aquellas deformaciones mentales en cuanto a los deleites o adicciones que pudieran persistir en una buena parte de la población? Si es así, me disculpan, porque yo no me he enterado, y al paso que veo, tendré que estar más al corriente de los acuerdos o decisiones que se tomen en mi país para no cometer la pifia de criticar al funcionario de turno, en este caso Rolando Amador González, quién según anunció, instalará en su Complejo Mi Hacienda Guanabito, en La Habana del Este, una valla al estilo más glamoroso de coliseo romano, solo para pelear, esta vez, gallos.
Pero aún así, confío en que tiene que haber un error, por llamarlo de algún modo, al  igual que lo hubo cuando algunos usaron la bandera cubana para vestir rumberas al pie de los cruceros que desembarcaban en La Habana, si no fuera así, el presidente Díaz Canel no se hubiera referido al tema de la recreación en este verano con la seriedad que lo hizo y que la situación actual merece, teniendo la cultura y la educación como eje de toda iniciativa o actividad que se precie para bienestar y disfrute del pueblo, y que yo sepa, el placer de ver, participar y aplaudir una sangrienta pelea de gallos no es el ejemplo que queremos dar a nuestros niños cubanos en vacaciones, que son en definitiva quienes más van a ir a esas playas y quienes visitarán más a menudo esos complejos turísticos. Ellos, eufemísticamente, no van a encontrar un letrero que diga Prohibido el acceso de menores a las peleas de gallos… bueno pues, ya usted sabe lo qué nos esperará en el futuro si esta iniciativa prospera.