Esa "cosa" es lo que hace cantar al tomeguín del pinar

sábado, 30 de diciembre de 2017

Mi homenaje


Por Elsie Carbó
Hay palabras que a veces no llenan los espacios que una quisiera, hoy por ejemplo se cumplen dos años de la muerte de un gran doctor, Eugenio Selman Housein, un hombre entregado con pasión a todo lo que hizo en su vida, bien lo saben sus colegas del hospital Calixto García y otras tantas instituciones en los que desarrolló su labor como médico y como científico, también lo sabemos sus pacientes más devotos, sus amigos y los agradecidos que un día llegamos a él con el susto en los ojos y el corazón en la boca. Creo que nadie podría decir que no encontraron su palabra de aliento y sus manos de cirujano mágico ante una situación desesperada. Murió a los 85 años de edad, en medio de su última batalla por la vida y en campaña por llevar adelante el Club de los 120 años del que fuera fundador y promotor. Hablo de él en un día como hoy que se conmemora su muerte porque a las personas que una respeta y admira hay que recordarlos en todos los tiempos y en cualquier circunstancia, sobre todo por aquella espontánea cualidad que tenía de escuchar y darle consuelo a cualquier persona que lo abordara, ya fuera en una acera, en la calle o en un pasillo. Puedo mencionar muchos casos de los que fui testigo, uno de ellos lo tengo muy nítido en mi memoria y es uno por los que siempre pensé que Selma podría tener un don fuera de nuestra comprensión, una de esas facetas de la personalidad del individuo que lo hace especial como ser humano, y fue cuando mi madre enfermó de gravedad e ingresó en un hospital, según dijeron con un cáncer y avanzado, pero su operación se demoraba debido a problemas del propio hospital, entonces Selma se acercó a su cama, creo que mi madre ya no tenía ni fuerzas ni esperanzas de vivir, entonces él le dijo al oído en tono conspirativo, _Vas a estar bien, no te preocupes que tú no tienes nada, yo mañana te voy a operar. Y eso hizo, operó su vesícula al día siguiente. Creo que por eso mi madre le debe, aún a sus 95 años de edad, el agradecimiento eterno y unas flores en su tumba. Selma fue un excelente cirujano, doctor en Ciencias Médicas, Profesor de Mérito, e impulsor de la docencia e investigación, además estuvo dirigiendo por años el equipo médico de Fidel Castro.

Publicado el 8 de diciembre de 2017 las 20:35 ·