Esa "cosa" es lo que hace cantar al tomeguín del pinar

miércoles, 18 de septiembre de 2019

Leche perfumada



Elsie Carbó

Hace poco compré un paquete de leche en polvo en la TRD que se encuentra en Ayestarán y Tulipán, más conocida como el contenedor, y cuando mi mamá fue a prepararla para su consumo experimentó un extraño sabor perfumado, bastante parecido al del detergente, algo que yo también comprobé después de suficientes pruebas a todos los utensilios que empleamos, como cucharas, tazas, jarros, etc., que se pudieran haber utilizado en su preparación, incluyendo el azúcar o el café que usualmente se mezcla para desayunar.

Mi primera reacción fue presentarme con el paquete abierto en la tienda, pero después pensé en  esos productos que no están en el establecimiento solo por casualidad, ni se transportan solos ni se falsifican solos, a ellos los llevan personas que lucran con esas mercancías y los aceptan en esos lugares con el consentimiento de los responsables, es como llover sobre lo mojado, entonces para qué perder el tiempo y molestarme en hablar con ellos? Realmente no confío, y no me siento culpable por no confiar, al contrario, me apena mucho afirmar esto, pero es la realidad que vivo y son otros recuerdos que tengo en mente de ciertas adulteraciones en otros artículos como la pasta de dientes o el café Cubita, adquirido por mí misma en un Cupet de mi barrio. Esto sin mencionar los perfectos envases en latas de refrescos o cervezas que invadieron en una época algunos mercados, y que espero se hayan descubierto para tener tranquilidad ciudadana.

Como quiera que dudé mucho que surtiera efecto se efectuara una devolución en dicha tienda y menos aún que procedieran a hacer una investigación y castigaran a los delincuentes que estafan de esa manera al pueblo, lo hago público de esta forma para que lo sepan quienes tienen en sus manos la posibilidad de tomar medidas e impedir que este tipo de atropellos continúen afectando los bolsillos de los ciudadanos de la tercera edad, los más afectados en mayor medida, por supuesto, cuyos salarios no son lo suficientemente altos, a pesar del reciente aumento, como para perder más de 120 pesos cada vez que tengan que adquirir un paquete de leche en polvo para su dieta alimentaria. 

En estas circunstancias, sin libros de quejas o llamadas de sugerencias, me encomiendo a las redes sociales como una vía de apoyo al proyecto de hacer un mejor país que libramos cada día los cubanos decentes.