Esa "cosa" es lo que hace cantar al tomeguín del pinar

domingo, 15 de octubre de 2017

El regreso de la novia de David

La abuela de María Isabel Díaz
La nieta de Martica de la Cruz
Elsie Carbó
grillosazules@gmail.com

Cosas de la vida. La alegría que me produjo ver a la actriz María Isabel Díaz de nuevo en nuestra televisión ha sido muy grata, me hizo recordar a una entrañable amiga de la infancia, compañera de colegio y de juegos, Martica de la Cruz, y ella tampoco debe estar ajena a la felicidad de María Isabel por Volver otra vez a filmar en Cuba, parafraseando a Almodovar, porque es su abuela, y de ella sale esa savia intensa que la hace reverdecer en todos los pasos que se propone dar, porque igual que su abuela, María Isabel heredó esa magia de la ubicuidad y el desenfado. Se que la felicidad de tener una nieta querida y aplaudida no tiene palabras exactas, pero se también que allá donde vive actualmente es una mujer feliz. Ahora hablo de la actriz y les diré que hasta yo me sentí dichosa de haber conocido a aquella niña que estudiaba en la misma escuela secundaria de mi hijo en Cumanayagua, fue la película Una novia para David, la que la sacó a la luz pública y todos se fijaron en ella por su centrada y sentida actuación, fue la película cubana que hizo soñar a muchos y la que lanzó al mundo cinematográficos a unos cuántos jóvenes de aquella generación, hoy en las entrevistas que le hacen a María Isabel se habla menos de esta  incursión en la gran pantalla a los 18 años, que fue su primer motivo para adentrarse en este radiante mundo e ingresar en la escuela de arte, solo se menciona entre otras Volver, de Almodovar, o Un otoño sin Berlín, y la última, donde la propia María dice que “Vis a Vis” es una gran serie de televisión, con una factura de primera categoría y con un nivel estético y de guión muy elevado. Excelente reparto y maravillosos personajes. Para mí profesionalmente todo es positivo. Soledad es un personaje lleno de matices y de luces y sombras que me plantea hacer un trabajo a la altura de su humana dimensión.
Pero mi intensión era también hablar más de la abuela de María Isabel,  porque además de ser la abuela de esta joven talentosa que ha regresado a La Habana para filmar otra vez en su tierra natal, es mi amiga de los años, y esa es una condición indiscutible porque se trata de lazos de amistad de muchos años, y pensandolo bien, hay algo de cierto en eso que dicen que aquellos sueños que soñamos para una, alguna vez se realizan en nuestros hijos o nietos, y ese es el caso, Martica era la artista del colegio, la niña que llamaban para hablar, bailar o cantar en el acto de fin de curso, o llevar el redoblante en la banda musical, en todo se destacaba, era a fin de cuentas la más popular. Por eso digo que María Isabel heredó de su abuela todo ese ingenio de vida, y esa expresión mágica e inimitable que lleva en su sangre  como actriz. Creo que de haberle tocado esta época ambas compartirían juntas el gran escenario.