Esa "cosa" es lo que hace cantar al tomeguín del pinar

sábado, 1 de marzo de 2014

Paradojas y simbolismos





El gimnasio del 19 de abril tiene las mejores condiciones pero muchos de sus equipos principales están rotos.
Por Elsie Carbó

Fisioterapia y rehabilitación, son  dos palabras con las que está muy familiarizada la población,  sobre todo la gente menos joven del país. Dos palabras que van juntas casi siempre, eso se puede ver en los gimnasios que el Ministerio de Salud Pública instala en áreas especiales de policlínicas u hospitales, para quienes lo necesiten bajo prescripción médica.

El gimnasio del 19 de abril, en la Avenida Tulipán puede servir como ejemplo. Dotado de un espacio adecuado, amplio y ventilado, dispondría de varios apoyos y servicios para distintas afecciones, que van desde la rehabilitación general hasta el registro de malestares específicos, bien por stress, demasiado peso corporal o achaques por edad.

Leonides llegó por un accidente cardiovascular, Queta por problemas reumatológicos, Martha para controlar el peso y la hipertensión, Luisa asiste para reponer las fuerzas de sus músculos atrofiados, Paco para recibir en la rodilla rayos ultravioletas, Ernestico, con sus ocho añosacude por una incorrección de sus piernas.

La edad de los asistentes varía desde un año hasta después de los 80, como Anabel, a quien ví llegar en una silla de ruedas debido a una fractura de cadera y hoy, después de tres meses de fisioterapia con el profesor Manuel Argüelles ya camina sola sin miedo a caerse.

El cuidado y atención de estos pacientes está a cargo de un team de especialistas y fisioterapeutas que se encargan de aquellos pacientes que requieren una aplicación personificada, esmero y profesionalismo hay cada uno de ellos cotidianamente desde las ocho de la mañana, que es la hora en que llegan los primeros pacientes, hasta caer el sol, sin embargo, no todo anda a las mil maravillas en cuanto a los soportes vitales y aparatos destinados a los ejercicios, lo que me parece una triste paradoja.

Muchos no están funcionando o están fuera de servicio debido a desperfectos técnicos, pero si preguntas nadie sabe las razones por las que los expertos o el personal capacitado no vienen a arreglarlos, si como dicen algunos, es cuestión del bloqueo y todo estará justificado, aunque el caso se resolvería con un simple tornillo. Así las cosas, la estera en el 19 de abril, o las bicicletas y la estera en el de Plaza, tardarían años en solucionarse, tampoco queda fuera de esta pandemia mecánica el policlínico insignia del Vedado, Asclepios, al que asistí en una época y noté que había varios módulos en paro.

Todo aquel que hace ejercicios en este país sabe que de un tiempo a esta parte la actividad física bajo techo se ha convertido también en algo rentable, por doquier aparecen gimnasios particulares, provistos de modernos y dinámicos equipos, con profesores calificados, nombres rimbombantes y una cuota mensual en ceucé a la que solo llega una pequeña parte de la población, nunca pensar en los de a pie, como es natural, entonces, si contar con un local donde ejercitarnos con todos los hierros y gratis no es algo meramente simbólico, por qué la falta de interés en arreglarlos?

Nadie podría decir que están clausurados, pero qué sentido tiene que algo exista si no se puede usar?, y ahora esto me recuerda la conexión a Internet, no está cerrada, pero difícilmente puedes navegar. Hace poco un médico amigo me comentaba que en su consulta se muere de calor porque el técnico dice que su ventilador no tiene arreglo, pero este galeno en solo una hora lo echó a andar con un simple destornillador. Y este paralelo no es un simbolismo.

Señores, hacer ejercicio es vital para la salud y quienes asistimos a estos gimnasio en la comunidad lo agradecemos y lo apreciamos de corazón, creo que muy pocos países cuentan con tales patrocinios gratuitos para los ciudadanos aquejados de diferentes dolencias, y, lo digo con conocimiento de causa, pues tengo amistades en otros países que me hablan de lo caro que cuesta, no digamos un tratamiento de fisioterapia, sino un simple masaje, razón por la que muchos extranjeros vienen a Cuba a tratarse.

Tendremos que esperar a que sea una película como Conducta la que exponga la  realidad por la que atraviesan estos gimnasios?, (imaginemos aquellos que no están en la capital). O es que para que los responsables se den cuenta del fenómeno, se mueva el piso y sea el plato fuerte en noticieros, programas, comentarios, entrevistas y opiniones del momento en la prensa escrita y radial, habrá que hacer otro filme para despertar conciencias?