Esa "cosa" es lo que hace cantar al tomeguín del pinar

martes, 28 de octubre de 2008

A freír los güevos...


La disyuntiva es: saber o no saber, condenar o hacerse el sueco. Continuar con la vida y no buscarse problemas eludiendo el neorealismo. La verdad es que cuando se escuchan presupuestos tan encomiables una puede pensar que se anda por un camino equivocado. No tiene caso ¿verdad? Hay que ser listos, lo que no tiene remedio y no nos atañe, ignorarlo es lo mejor, hay que vivir de espaldas a esas miserias de la vida para no estresarse.


Al hambre, a los abusos, a los asesinatos, al narcotráfico o al terrorismo hay que ignorarlos, si no me entero no ocurren, es mejor así. Si no le prestas importancia es como si no existieran y toda esa chorrera informativa que a diario salen en los periódicos no te pudiera alterar.


Mira tú, ocuparse en estos momentos de si a una mujer en Somalia la mataron después de lapidarla en una plaza pública, o que si a otra, menor de edad para más detalles, la vendieron como esclava en Níger por 500 dólares.


Incólumes personajes, ataviados de una verborrea quisquillosa planean borrar de la faz de la tierra todo vestigio de amor, altruismo, ideas de cambio, en fin, detalles superfluos, sin la menor importancia, eso atenta contra la misma moral. Puedo agregar más confusión a esta lista de camerino pero no quiero hacerla pedante.


Ellos, los impostados veladores del orden ajeno qué otra cosa pueden hacer como no sea criticar o hacerse los chivos locos ante las verdades del mundo? Han envejecido cerebralmente, cada neurona de sus cabezas chorrea angustia y bilis, es una ceguera tartamuda e inmigrante que solo quiere reconocer una parte del segmento, la más apetitosa, la del dinero, y cómo soñarlo, porque la mayoría escampa bajo un palio a que pasen los aguaceros, que hablando en plata quiere decir, para la historia están más fritos que un güevo.

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