Esa "cosa" es lo que hace cantar al tomeguín del pinar

lunes, 4 de mayo de 2009

Aquel caso de la joven Marta del Castillo


Pues yo había jurado que no escribiría más sobre la desaparición de la joven Marta del Castillo debido a tantas incongruencias en el caso, porque de una parte las versiones del novio Miguel Carcaño, asesino confeso, cambiadas constantemente en el curso de la investigación, y de otra, los dudosos designios de un sistema judicial que debería ser cambiado para poder juzgar como se debe a los culpables, han llegado a un tope del que nadie podría esperar nada, y en primer lugar, los propios familiares que están inconsolables ante la certeza de que el cadáver de su hija no aparecerá jamás.

El padre ha perdido esta semana las pocas esperanzas que tenía de encontrar a su hija entre los restos de inmundicia del vertedero de Alcalá de Guadaíra (Sevilla). La decisión de la Policía Nacional de dar por concluida la búsqueda de la joven, desaparecida el 24 de enero pasado, aleja aún más las posibilidades de averiguar con exactitud qué le sucedió a Marta después de que se marchara de su casa a las 20.30 horas de aquel fatídico día en compañía de su ex novio.

No quiere «ni pensar» en que van a dejar de buscar a su hija, aunque le corresponde al juez que lleva el caso, el magistrado Francisco de Asís Molina, decidir qué pasos se siguen ahora y si se reanuda el rastreo en el río Guadalquivir, donde la Policía piensa que está realmente el cadáver de la joven.


La familia acumula ya más de tres meses de incertidumbre y sufrimiento y cada fracaso en la búsqueda de su hija merma su ya escasa fortaleza y su frágil esperanza en el sistema policial y judicial. Sin embargo, aún cientos de miles de firmas lo respaldan en el universo virtual de las redes, escriben a diario e impulsan campañas para que los mecanismos legales, que se han demostrado ineficaces, hagan su parte en esta dolorosa historia.

1 comentario:

Tercera Opinión dijo...

Con respecto a este tema hay algo que no me cabe en la cabeza: Cómo hay chicas que además le envían cartas y regalos a la cárcel. ¿Qué está pasando en esta sociedad?

Te invito a leer mi artículo:
El tipo más guay de Sevilla.
http://www.terceraopinion.net/2009/09/06/el-tipo-mas-guay-de-sevilla/

Un saludo.