Esa "cosa" es lo que hace cantar al tomeguín del pinar
martes, 9 de julio de 2013
La vida es una aventura maravillosa
Esta frase es de Ricardo Cardet, el maestro de periodistas como solía él mismo llamarse, que fue mi profesor un par de veces allá por los inicios del 70, cuando Juventud Rebelde era una escuela y apadrinaba cursos que después, al graduar a los mejores, irían a sus respectivas regiones de origen a probar su verdadera vocación en la carrera. La prueba de fuego de cara a la vida para al final ingresar en la tan ansiada Universidad.
De esos egresados son Soledad, Lázaro, Brizuela, Nelson o Amado quienes todavía pueden hacer el cuento, perdón si dejo afuera a alguien más, pero quería dedicarle un pequeño engome a Cardet, quién junto a Guillermo Lagarde, Ricardo Saénz y Orestes Cabrera también nos hicieron ver el periodismo como la aventura más maravilloso del mundo.
Para Cardet un periodista se podía crear en un minuto. Pasado esos 60 segundos si no reaccionabas como él esperaba era mejor que te fueras para tú casa, que era lo mismo que regresar a tú provincia a sembrar flores, tal era la pasión que desenfrenaba en aquellas clases que nadie quería quedar fuera de su mágica palabra. No concebía que un aspirante a periodista no leyera un periódico o lo que es peor, ningún libro, por esa sola razón anulaba de sus clases a más de un pretendiente al título.
Nunca me expliqué de dónde surgía aquella energía diabólica que exhibía el viejo Cardet dando una clase que, para muchos era de locura, pero para los que formábamos su grupo era la fascinación de un mundo lleno de imperfecciones y sueños que de alguna manera teníamos que ordenar. Creo que llenarnos de sueños fue su contribución más importante.
Por eso quiero festejarlo de alguna manera, sobre todo hoy que se inicia el Congreso de los periodistas cubanos, y lástima, creo que entre ellos no exista alguien que lo haya tenido como maestro.
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