Esa "cosa" es lo que hace cantar al tomeguín del pinar

domingo, 2 de mayo de 2010

El arte siempre nos salva


Ayer fui a ver la película José Martí, el ojo del canario, que por estos días se ha estrenado en las salas de Ciudad de La Habana y, con toda franqueza, superó mis expectativas.


Ese no es el Martí que yo he llevado siempre en mi mente, fruto de imágenes, textos y estatuas de mármoles. El José Julián que aparecería en la pantalla se presentó ante mí como un descubrimiento, que no por desconocido es menos intenso, solo que éste del cineasta Fernando Pérez se me revela como un ser humano verdadero, con todos los defectos, frustraciones, temores y noblezas que cualquier niño u adolescente puede tener, lejos del endiosamiento de un individuo que a pesar de que estuviera por encima de su generación, se nos presenta de carne y hueso, real e impresionable, con defectos y virtudes, miedos y silencios, impregnado de esa temeridad a que el cineasta nos tiene acostumbrados después de Suite Habana o La vida es silbar, tan premiadas por la crítica y agradecidas por el pueblo.


La película nos muestra el entorno familiar en que se desenvuelve la vida de Martí, las relaciones con sus hermanas, con Leonor, la madre, y Mariano, el padre, quién marcaría para siempre la existencia del hijo por su ética y aquel porfiado sentido de la justicia a pesar de la disparidad de ideales. Si tuviera que señalar uno de los momentos más exaltados del filme diría que es cuando Martí expone en medio de una exaltada discusión en clase sus ideas de la libertad de opinión y de la democracia para Cuba.


Ahí está, por supuesto, la impronta de José María Mendive quién también se nos aparece con ese aire fascinante del maestro que fue en su época, un tiempo para nada balsámico o justo, donde la recreación de situaciones junto al vestuario es de sensible rigor para comprenderla. Viendo la encarnación de este personaje tan cercano a Martí me preguntaba, ¿qué habrá sido del bebé que le nació en plena guerra y que aparece arropado en sus brazos mientras los españoles golpean con furia a su puerta?


Nada, hay que verla, que la ficción se nos confunde con la realidad y nos advierte que el arte siempre nos salva a pesar de los avatares.

1 comentario:

Pancho Ramirez dijo...

YO me amo...tu me amas...el me ama....siiiii golosa he vuelto..YO el condenado a portar la humildad y modestia...EL inventor nato (toallitas femeninas y el sosten.. mamucha)todo por vosotras que me admiran...sus lagrimas me han regresado a este planeta...sabeedor que me necesitan... solo una recomendacion... en fila y sin gritar...mimosonas