Por Elsie Carbó
En mi opinión y contrario a lo que muchos piensan, Facebook
no es una olla de grillos, banal o estúpida, por decirlo de algún modo, creo
que quienes así piensan en el fondo son reacios a abrir la mente al cambio, realmente
en Facebook ocurren las cosas que nosotros queramos que ocurran, esa es el
punto y la principal ventaja, no hay misterios ni magias, si eres superficial
pues en tu lista te seguirán gente con esas características, más por el
contrario, si gustas de poesía o música o mascotas, tus aliados siempre se
agruparán tras de ti, aunque eso no quiere decir que haya alguien disonante en
la lista, eso sin ahondar mucho.
No hay que temerle a lo nuevo ni a los cambios. No sabría
explicarles a qué se debe que siempre dudo de los temerosos o demasiado
criticones de las novedades que la ciencia o la tecnología ponen al día. Claro
que con los estúpidos no hay fórmulas humanas igual, te lo pongo más fácil, la vulgaridad entra por
casa así como la estupidez, la irreflexión y la ambigüedad, no es de extrañar
que si comulgas con estos esmeros, a quienes tengas en tu grupo le sean afines
estos comportamientos, ellos pueden ser la vanguardia en tus listas, y que no
se estrese nadie por lo que digo, si uno es lo que come, también es lo que
escribe y piensa, no hay dicotomía, no estoy de acuerdo con esos encuadrillamientos
que hacen los mal titulados especialistas de último tiro, si alegan que en Facebook
se ha echado a perder el idioma, o que quienes lo suscriben son personas sin
destino ni guía, descerebrados o adictos.
No lo creo, tampoco estoy de acuerdo en que una pierda
privacidad o libertad de expresión, hay un viejo dicho que dice que si no
quieres que se sepa, no lo comentes, y en Facebook sucede igual, lo que
divulgues es tu responsabilidad, pero volviendo al uso debido o indebido del
lenguaje, que es un tema que se habla mucho, es cierto que a veces escriben ojo con h, pero también es verdad que
muchas personas han mejorado su vocabulario después de estar en las redes porque
cuando desarrollan una idea van en busca de las palabras adecuadas, algo
impensado antes, o hasta acuden a los diccionarios, con tal de no cometer una
falta o equivocar una frase, huyen de las críticas o las burlas como el diablo
a la cruz, y eso por supuesto, lejos de minimizar el idioma lo enriquece, habla
muy a favor de este modo de compartir la vida y los sueños en este mundo sulfatado
y contemporáneo, nada, que por el camino nos vamos, filtrando y purificando no
solo el agua, creo que una herramienta como Facebook nunca serviría para
retrasarnos, lo peor es que hay muchas personas que jamás podrán conocerla.
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