Entrada al balneario. Ocho años con sus piscinas cerradas es suficiente |
Por Elsie Carbó
e-mail: grillosazules@gmail.com
Hasta San Diego de los Baños, en la provincia de Pinar del
Río, en busca de las benditas aguas minero medicinales de un histórico
balneario, que se anuncia generosamente en Internet, fuimos un grupo de amigas
y un amigo, quienes no me dejarán mentir ni difamar a nadie en todo los que les
voy a contar.
Lo primero es que no tengo el menor chance de embarajar o cambiar de tema, porque si me preguntan cómo te fue, no queda otra que decir esta
cruda verdad: maravilloso si no hubiera sido porque los baños medicinales estaban
cerrados, no había agua en las habitaciones del hotel Libertad ni para tomar,
tampoco contamos con un buen servicio, la comida era de pésima calidad, en fin,
eso sin contar los precios. Es la realidad que vivimos Rosa, Ignacia, Noemí y
Tato, quienes nos trasladamos en ómnibus hacia allá, y que como dije, fuimos
testigos de este fracaso y cómplices del desengaño.
Le ronca los mameyes esperar tantos días a que una suerte de
funcionarios decidan abrir o cerrar unas llaves mágicas y que el agua fluya
hacia las pocetas sulfatadas, en el
hotel ni se diga, aunque es más incomprensible en el balneario porque cuentan
con el presupuesto, lo tienen en la mano, según pude conocer. Allí funciona un
cuerpo de médicos, fisioterapeutas, enfermeras y ayudantes que hay que quitarse
el sombrero ante ellos; son amables, celosos de sus trabajos, responsables con
la historia clínica de cada paciente, y discretos, pero mientras esperan la apertura de las piscinas
de aguas termales aplican otros tratamientos de rehabilitación en los gimnasios,
que van desde masajes hasta fisioterapias, en extremo beneficiosas para un
abanico de trastornos.
Servicios que brindaría a plena capacidad |
Ocho años cerrado es mucho tiempo. Opino que la ausencia de
una voluntad ha sido el mayor de los males, qué otra cosa puede decirse de este
centro emblemático que desde su fundación ha sido publicitado dentro y fuera de
Cuba como un lugar adonde se puede encontrar cura y alivio en sus aguas
medicinales?. El deterioro y la desidia lo han agredido, y ahora no bastará con
un poco de colorete en sus fachadas.
A la espera de la apertura de sus piscinas de aguas y fangos
también medicinales hay decenas de
personas hospedadas en el hotel Libertad y el Saratoga, este ya cumple 90 años, muy mal llevados
porque al traspasar su gran vestíbulo se tiene la impresión que sus techos se
vendrán abajo. Algunas personas tal vez se hospedarían en el Mirador pero no es
usual para los jubilados, que son la mayoría de los visitantes al balneario, ellos
no pueden pagar en divisas, por esta razón viven en el Libertad y el Saratoga y
se las arreglan como pueden para sobrevivir.
El Libertad luce mejor, podría ser como un destino de posada
familiar, amplio y recién restaurado, con un personal agradable y sonriente que
no es culpable de la falta de iniciativas de sus dirigentes, que aún a nuestra
partida estaban tratando de arreglar lo del agua, situación engorrosa que los
obligó a rebajar el precio en la cuenta de las habitaciones, sin incluir
lamentablemente la mala calidad y la falta de variedad de las comidas, y otros
detalles en el servicio.
En este hotel el alto precio de las habitaciones, (las hay
de 80 y de 120 en peso cubano) se
convierten en un sacrificio para un
jubilado por sus bajos salarios, y si después de reunir la plata, siempre con la ayuda de las
familias, se encuentran con que no hay baños termales ni agua para beber en los
hoteles. Han perdido irremediablemente el viaje.
Fisioterapeutas, enfermeras, controlan cada paciente, este es un descanso obligatorio después que tomas un baño de cinco minutos en las aguas termales, chequean presión, pulso, rítmo cardíaco... |
Otras personas esperan ansiosamente a que ocurra un milagro
y abran todas las instalaciones del balneario para hacer sus recetas, conocí de
muchos que se hospedan en el Saratoga, cuyos precios están entre los cuatro o
cinco diario en moneda nacional. Asequible
a un bolsillo de jubilado, no obstante, carente de comodidad.
Me explicaron que antiguamente el hotel Libertad pertenecía
al balneario y los precios eran acorde con las posibilidades de los enfermos
que muchas veces hacían estancias largas por sus tratamientos, pero esto cambió
y ahora es gastronomía quien rige el hotel, tendrá alguna estrategia lógica
esta decisión?, me pregunto.
Hotel Libertad, recién restaurado y pintado, cuando nos marchamos aún acometían los trabajos de plomería para llevar el agua a sus habitaciones |
También aspirar a tener un dietista o un nutricionista en
este tipo de albergue para brindar orientación a los enfermos que acuden al balneario
no es un eufemismo, es lo menos que se puede esperar para que los aquejados de
diversas patologías, en buena medida
diabéticos, no tengan más remedio que ingerir comidas nocivas a su salud por la
falta de menús sanos, armónicos con sus padecimientos.
Se habla del envejecimiento poblacional con mucho interés y
no dudo de que se estén tomando previsiones, pero hay que ser coherentes con lo
que publicamos para no defraudar al público, es una ironía leer que en 1853 un ministro de
Ultramar emitió un comunicado para informar que la Reina había aprobado
transporte, manutención y asistencia médica gratuita a los pobres de solemnidad,
que por esa fecha eran miles los que acudían a los baños de San Diego, y encontrarnos que en la actualidad San Diego
de los Baños, carece de baños, qué digo, si el agua de beber falta hasta para
los infelices perros que desfallecen en la comunidad.
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