Esa "cosa" es lo que hace cantar al tomeguín del pinar

martes, 14 de octubre de 2014

San Diego de los baños, sin agua y sin baños





Entrada al balneario. Ocho años con sus piscinas cerradas es suficiente
Por Elsie Carbó
e-mail: grillosazules@gmail.com

Hasta San Diego de los Baños, en la provincia de Pinar del Río, en busca de las benditas aguas minero medicinales de un histórico balneario, que se anuncia generosamente en Internet, fuimos un grupo de amigas y un amigo, quienes no me dejarán mentir ni difamar a nadie en todo los que les voy a contar.

Lo primero es que no tengo el menor chance de embarajar o cambiar de tema, porque si me preguntan cómo te fue, no queda otra que decir esta cruda verdad: maravilloso si no hubiera sido porque los baños medicinales estaban cerrados, no había agua en las habitaciones del hotel Libertad ni para tomar, tampoco contamos con un buen servicio, la comida era de pésima calidad, en fin, eso sin contar los precios. Es la realidad que vivimos Rosa, Ignacia, Noemí y Tato, quienes nos trasladamos en ómnibus hacia allá, y que como dije, fuimos testigos de este fracaso y cómplices del desengaño.
Uno de sus baños o piscinas abiertos el jueves, ya el viernes era feriado y el sábado regresamos, de todas formas se pudo apreciar el colosal trabajo de ingeniería llevado a cabo en la década del 40 con esta instalación

Le ronca los mameyes esperar tantos días a que una suerte de funcionarios decidan abrir o cerrar unas llaves mágicas y que el agua fluya hacia las pocetas sulfatadas,  en el hotel ni se diga, aunque es más incomprensible en el balneario porque cuentan con el presupuesto, lo tienen en la mano, según pude conocer. Allí funciona un cuerpo de médicos, fisioterapeutas, enfermeras y ayudantes que hay que quitarse el sombrero ante ellos; son amables, celosos de sus trabajos, responsables con la historia clínica de cada paciente, y discretos, pero  mientras esperan la apertura de las piscinas de aguas termales aplican otros tratamientos de rehabilitación en los gimnasios, que van desde masajes hasta fisioterapias, en extremo beneficiosas para un abanico de trastornos.
Servicios que brindaría a plena capacidad

Ocho años cerrado es mucho tiempo. Opino que la ausencia de una voluntad ha sido el mayor de los males, qué otra cosa puede decirse de este centro emblemático que desde su fundación ha sido publicitado dentro y fuera de Cuba como un lugar adonde se puede encontrar cura y alivio en sus aguas medicinales?. El deterioro y la desidia lo han agredido, y ahora no bastará con un poco de colorete en sus fachadas.

A la espera de la apertura de sus piscinas de aguas y fangos también medicinales hay decenas de  personas hospedadas en el hotel Libertad y el Saratoga,  este ya cumple 90 años, muy mal llevados porque al traspasar su gran vestíbulo se tiene la impresión que sus techos se vendrán abajo. Algunas personas tal vez se hospedarían en el Mirador pero no es usual para los jubilados, que son la mayoría de los visitantes al balneario, ellos no pueden pagar en divisas, por esta razón viven en el Libertad y el Saratoga y se las arreglan como pueden para sobrevivir.

El Libertad luce mejor, podría ser como un destino de posada familiar, amplio y recién restaurado, con un personal agradable y sonriente que no es culpable de la falta de iniciativas de sus dirigentes, que aún a nuestra partida estaban tratando de arreglar lo del agua, situación engorrosa que los obligó a rebajar el precio en la cuenta de las habitaciones, sin incluir lamentablemente la mala calidad y la falta de variedad de las comidas, y otros detalles en el servicio.

En este hotel el alto precio de las habitaciones, (las hay de 80 y  de 120 en peso cubano) se convierten en un sacrificio  para un jubilado por sus bajos salarios, y si después de  reunir la plata, siempre con la ayuda de las familias, se encuentran con que no hay baños termales ni agua para beber en los hoteles. Han perdido irremediablemente el viaje.
Fisioterapeutas, enfermeras, controlan cada paciente, este es un descanso obligatorio después que tomas un baño de cinco minutos en las aguas termales, chequean presión, pulso, rítmo cardíaco...

Otras personas esperan ansiosamente a que ocurra un milagro y abran todas las instalaciones del balneario para hacer sus recetas, conocí de muchos que se hospedan en el Saratoga, cuyos precios están entre los cuatro o cinco diario en moneda nacional.  Asequible a un bolsillo de jubilado, no obstante, carente de comodidad.

Me explicaron que antiguamente el hotel Libertad pertenecía al balneario y los precios eran acorde con las posibilidades de los enfermos que muchas veces hacían estancias largas por sus tratamientos, pero esto cambió y ahora es gastronomía quien rige el hotel, tendrá alguna estrategia lógica esta decisión?, me pregunto.
Hotel Libertad, recién restaurado y pintado, cuando nos marchamos aún acometían los trabajos de plomería para llevar el agua a sus habitaciones

También aspirar a tener un dietista o un nutricionista en este tipo de albergue para brindar orientación a los enfermos que acuden al balneario no es un eufemismo, es lo menos que se puede esperar para que los aquejados de diversas patologías,  en buena medida diabéticos, no tengan más remedio que ingerir comidas nocivas a su salud por la falta de menús sanos, armónicos con sus padecimientos.

Se habla del envejecimiento poblacional con mucho interés y no dudo de que se estén tomando previsiones, pero hay que ser coherentes con lo que publicamos para no defraudar al público, es una  ironía leer que en 1853 un ministro de Ultramar emitió un comunicado para informar que la Reina había aprobado transporte, manutención y asistencia médica gratuita a los pobres de solemnidad, que por esa fecha eran miles los que acudían a los baños de San Diego, y  encontrarnos que en la actualidad San Diego de los Baños, carece de baños, qué digo, si el agua de beber falta hasta para los infelices perros que desfallecen en la comunidad.







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