Esa "cosa" es lo que hace cantar al tomeguín del pinar

sábado, 28 de noviembre de 2015

Ni zanahorias ni carneros



Por Elsie Carbó
grillosazules@gmail.com

Mientras que por estos días en Cuba se ha desplegado una campaña por la no violencia ni los abusos contra la mujer, en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua hay más de 3 000 cubanos y cubanas emigrantes esperando a que se resuelva su situación y puedan continuar su peregrinaje, pero Nicaragua ha dicho no pasarán, y otros países involucrados estarían buscando una salida.

Mencioné lo de la campaña contra el abuso y las violaciones de género porque es muy importante que se sepa que desde hace muchos años en este país se lucha porque la mujer sea respetada y se eduque al hombre para que sepa que la ley está lista para ser aplicada si viola estos derechos, eso lo tienen muy bien aprendido casi todos los cubanos estén donde estén, porque desde la primaria se les está enseñando, lo cual me lleva a decir que ni Nicaragua ni ningún otro país que reciba a los cubanos emigrantes deberían temer a algún tipo de acto impropio de parte de estos inmigrantes, ya sea violatorios hacia sus mujeres y niñas, o de orden delincuencial, como hurtos, robos o asesinatos, debido a que por su formación en este país llevan implícita una línea de conducta cívica que nos hace tener una de las tazas de violaciones más bajas de la región. No es que diga que no los haya, en la cesta puede haber una manzana podrida, pero la ley no los subestima y son los menos.

Estos inmigrantes podrán querer hacer ese periplo por tierra arriesgando lo más preciado de sus vidas, no obstante, no por eso se podrán acusar de bandidos o escorias, delincuentes o violadores, porque en ese grupo de cubanos hay profesionales de todo tipo, gente humilde  o gente, sencillamente, con familias e hijos.
Por eso yo le diría a la señora Murillo que  entre otras cosas, si es temor lo que siente Nicaragua ante la avalancha de cubanos entrando a su territorio, que puede dormir tranquila, porque no es probable que la intensión con que salieron de Cuba, dejándolo todo atrás, sea la de cometer una fechoría cualquiera, o una aberración, como una cobarde agresión de abuso de una niña o una mujer nicaragüense, o un asalto a una institución o un mercado, creo que tampoco está en sus mentes la de cometer otros delitos que laceren la tranquilidad de los ciudadanos de su país. No es hora de buscar culpables, aunque todos sabemos el  juego sucio de esa Ley de Ajuste Cubano que ha embaucado a cientos de miles de cubanos con su toque de trompetas, como bien dijo la propia señora, eso es cierto, pero ya está el mal instaurado y los cubanos llevan muchos días varados, son seres humanos, ni zanahorias ni carneros, ahora, urge hacer algo para remediarlo.

No hay comentarios: