Por Elsie Carbó
grillosazules@gmail.com
Hace unos dos años escribí con cierta ira sobre un concierto fallido de
Pedro Luis Ferrer anunciado en el Teatro Lírico Nacional al que nunca asistió el
cantautor y sí infinidad de sus seguidores de todas partes de La Habana, que
habían escuchado el anuncio en el programa Mediodía en TV. Como yo fui una de
las frustradas ese domingo me tomé la atribución de criticar horrendamente el
embarque y llamar la atención para que en otras oportunidades no cometieran la
misma falta. Debo decir que Pedro Luis era inocente.
Pero hoy sábado 22 de abril de 2017, y no es por gusto que quiero que
recuerden la fecha, se ha vestido de lujo 23 y M, la tarde digamos, al presentar por
primera vez en ese espacio y por primera vez en la televisión cubana en casi treinta años, a Pedro Luis Ferrer. Si, tal y como lo leen, nada
menos que celebrando el Día del Idioma por todo lo alto en Cuba, con su presencia
y su grupo y estrenando esas guarachas... que bueno, ya usted sabe, no podría
asegurar quién estaba más eufórica, si yo en la sala de mi casa o Edith Mazola
haciendo la presentación para la audiencia.
Y no sabría decirle si fue la química o la electricidad, pero creo que
a partir de ahora me hago creyente de ese programa con velas y flores porque
esto solo tiene un nombre: el milagro de la equidad, y como si fuera poco han
invitado, entre otros, al maestro Argelio Santiesteban, otro de los cófrades y mi amigo de los años,
que con sus comentarios sobre el idioma y otros temas medulares sobre el habla
popular, nos mantienen al tanto del correr actual, de cualquier manera, sea por
email o por teléfono, pero igual de inteligentes y oportunos... Y hablando de
Pedro Luis, habría que preguntarse por qué casi 30 años sin su voz, su poesía y
sus canciones? Mi nieta ni sabe quién es este hombre de huella cardinal en la
cultura cubana, si me pregunta no le puedo recomendar un disco siquiera porque
no se venden en el mercado, sencillamente no hay discografía, y su ausencia de
los teatros y conciertos públicos nadie de las nuevas generaciones la echa a
ver, es una pena, a pesar de que no podría hacerse la historia de la música en
Cuba sin mencionarlo, si solo con el monumento a la guaracha bastaría para los
libros de la posteridad. Todos por lo mismo es una de esas composiciones de
post guerra que puso a cantar a camarógrafos y televidentes. De esa entrevista
luego de casi 30 años sin salir en la televisión me queda esa frase que le dijo
a su entrevistadora: el alma es mi arma, igual que esa pincelada de humor al final del
programa cuando se despidió:
Aquí yace Juan García
quien encendió un fósforo un día
para ver si había gas...
quien encendió un fósforo un día
para ver si había gas...
Y había
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