Elsie Carbó
En Tercera y Ayuntamiento está el puesto. Cuando era abastecido por la cooperativa de Quivicán robaban en los precios, ahora es estatal pero está desabastecido y cerrado casi siempre. |
No estaba en mis planes escribir sobre el puesto de la
esquina de Tercera y Ayuntamiento si ya lo había hecho magistralmente Gabino Manguela
en el periódico Trabajadores, bajo el "Maraña" en Tercera y Ayuntamiento, publicado
el , que logró que la Cooperativa de Créditos y
Servicios 30 de Noviembre, que abastecía dicho quiosco separara
a los responsables de alterar los precios y ese punto de venta pasara al sector
estatal, pero como ahora tenemos una situación inexplicable y peor, los vecinos
se cuestionan si esa medida benefició o perjudicó a la población que adquiere
sus productos en dicho agro.
Solo quiero llamar la atención sobre el hecho de que ahora los
vecinos de la zona estamos sin ninguno de los dos bandos, no tenemos productos ni
como cooperativa 30 de Noviembre, ni como agromercado estatal, dado que este
último no recibe mercancías como le correspondería para jugar su papel, y
permanece desabastecido, oscuro y sucio, donde los trabajadores, estatales
desde luego, ganan un salario por estar sentados a la espera del transporte que
envíen con la mercancía para ofertar.
Y aunque pareciera desacertado tengo que decir en honor a la
verdad que en la etapa cuentapropista los encargados del puesto se esforzaban a
veces por ofertar productos frescos y variados como plátanos de fruta, boniatos,
malangas, ajíes, pepinos, berenjenas, col, o tomates, estos últimos convertidos
en la manzana de la discordia entre el periodista y el vendedor debido al alza
de su precio a manos de este último, que desató el artículo de marras.
Sin embargo, caros o no aquellos tomates, llegaban a la
población si esta decidía pagarlos, una decisión única y personal que solo está
relacionada con el bolsillo del cliente, independientemente de que sea abusivo
o descarado, porque lo que está claro es
que el público ya no se deja estafar tranquilamente cuando puede hacer la
reclamación o tiene la opción de no adquirir el producto. Recuerdo que el tema
de los precios se cuestionó en la reunión de rendición de cuentas de la
circunscripción en la calle Tercera, asimismo se dijo que en ese puesto se
vendería la papa normada por la libreta, pero sucede que dicho tubérculo es un
fantasma misterioso del que solo sabríamos cuándo va a aparecer si tuviéramos a
mano algún oráculo para la consulta papal.
Yo solo soy una consumidora más del puesto de
Ayuntamiento y Tercera, y por lo pronto les aseguro que en ese lugar ya no hay
maraña, es verdad, pero tampoco hay ni
tomates, ni coles, ni rábanos, ni mangos, ni boniatos, ni ningún periodista que
venga ahora a darle seguimiento a la crítica inicial.
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